Un caso reciente ha vuelto a poner sobre la mesa el debate acerca del uso de la inteligencia artificial en campos tan delicados como la salud. La historia, documentada en la revista Annals of Internal Medicine: Clinical Cases , relata cómo una consulta realizada a un chatbot derivó en una hospitalización prolongada por intoxicación grave.

De la curiosidad alimentaria al riesgo extremo

El protagonista, un hombre de 60 años sin antecedentes médicos ni psiquiátricos , decidió modificar su dieta por temor a los posibles efectos negativos de la sal de mesa, compuesta por cloruro de sodio y buscando alternativas, recurrió a ChatGPT para obtener recomendaciones.

La interpretación que hizo de las respuestas del sistema lo llevó a una conclusión peligrosa: sustituir la sal común (cloruro de

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