Julimes, Chih.- Aunque es conocido principalmente en su paso por la ciudad de Chihuahua y por el bosque de álamos y sauces que forma en las inmediaciones de Aldama, el río Chuvíscar guarda secretos inesperados en un oculto paraje, casi al final de su curso.

Hasta acá, el río recorrió ya 101 kilómetros desde su nacimiento en los llamados Ojos del Chuvíscar. A kilómetros escasos de su desembocadura en el río Conchos, del que son afluente, las aguas intermitentes del Chuvíscar dan vida a un escondido y misterioso bosque, desconocido para el mundo exterior.

Se trata de uno de los varios bosques de ribera o riparios del estado de Chihuahua, también conocidos como bosques de galería, ubicados a lo largo de los cursos de agua y que mantienen una asociación con especies vegetales caducifolias. E

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