Entre la primera y la segunda orden de tacos, con una Coca-Cola de vidrio en la mano, Carlos Velázquez reflexiona sobre las obsesiones que, desde hace 20 años, inundan sus libros de cuentos.
Mi obsesión es la calle.- Carlos Velázquez

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Entre la primera y la segunda orden de tacos, con una Coca-Cola de vidrio en la mano, Carlos Velázquez reflexiona sobre las obsesiones que, desde hace 20 años, inundan sus libros de cuentos.