“La astrología ofrece una forma de mirar el desorden de la vida y encontrarle cierto sentido. No certeza, pero sí resonancia”, explica un antropólogo

“¿Cuál es tu horóscopo?”, acostumbro a preguntar en entrevistas o cuando conozco a alguien. Algunos me miran con extrañeza. Otros no saben su signo y acaban pidiéndome su carta astral completa. “Uf, géminis”, digo. “¿Eso es bueno?”, me preguntan. “Depende de tu ascendente”, disimulo. Ahí empieza una conversación sobre cómo somos.

Los horóscopos nacieron en la antigua Babilonia para registrar la posición de cuerpos celestes dividiendo el firmamento en 12 partes asociadas con constelaciones, y en la Grecia helenística evolucionaron hacia el zodiaco y la predicción personal. Mucho más tarde, en 1930, el horóscopo moderno hizo su entrada triu

See Full Page