A Paralaia no es un monte cualquiera. Situado entre Moaña y Marín se erige a más de 600 metros sobre el nivel del mar. Desde su cumbre, la vista se abre en un horizonte que abarca las islas Cíes , la península del Morrazo y, en días claros, incluso las costas del sur de Galicia.

Sus caminos atraviesan pinares, carballeiras y matorrales atlánticos, regalando a quienes lo recorren el olor a tierra húmeda y a mar salado que define la esencia gallega. La cima ha sido, desde tiempos ancestrales, un lugar de reunión y de vigía, usado para controlar la ría y avisar de la llegada de barcos enemigos .

Leyendas que resisten al tiempo

Las historias que envuelven a A Paralaia se transmiten de boca en boca, en veladas familiares y noches de fiesta. La más célebre habla de un tesoro ocu

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