Palma, 12 ago (EFE). – El RCD Mallorca arranca la temporada 25-26 inmerso en un mar de dudas, especialmente en el entorno social, y con gran parte de los problemas arrastrados del final de la pasada campaña.

Bien es cierto que la llegada de Pablo Torre sirvió como un faro de esperanza para la parroquia bermellona por su lugar de procedencia y la calidad que se le presupone, pero la lentitud en el mercado y la falta de movimientos han generado una tensión añadida que puede causar problemas en un futuro cercano.

Sin ir más lejos, el mensaje de Jagoba Arrasate en el Trofeu Ciutat de Palma fue muy corto pero lo suficientemente directo para hacer ver que uno de sus primeros objetivos este año es volver a acercar a equipo y afición: “Las cosas salen mejor si estamos todos unidos y nosotros som

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