En agosto, San Martín de los Andes respira otro ritmo. La nieve cubre tímida los cerros como un manto que suaviza el paisaje, el aire huele a leña encendida y el lago Lácar refleja cielos fríos pero intensamente azules. No es temporada alta, y eso se nota: menos gente, tarifas más amables y una calma que invita a recorrer la ciudad y sus alrededores sin apuro.

El receso escolar quedó atrás y la villa patagónica entró en temporada media. Los precios bajaron, en algunos casos, entre un 5 y un 25% , y la ciudad despliega una lista irresistible de motivos para visitarla. Aquí, diez razones para elegir este momento del año, y una extra que no entra en ningún ranking pero que se siente en cada paso.

Paseos lacustres, excursiones por diversos circuitos, actividades culturales y buena gast

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