La inacabable crisis de su año del centenario ya no tiene culpables propios, porque todos los esfuerzos del club están destinados a acusar a los árbitros y deslegitimar el torneo que ya dio por perdido
En el peor año de su centenaria historia, Colo Colo , el equipo más popular de Chile, fraguó una estrategia para camuflar el caos. La culpa de sus males no son los hinchas violentos que obligaron a una sanción que destrozó su tesorería y los obliga a jugar sin público internacionalmente o con aforos muy reducidos en casa. Tampoco el plantel más millonario jamás conformado que quedó eliminado de todas las copas y marcha séptimo en la liga, sin posibilidades de ser campeón.
Tampoco lo es su directiva, fragmentada hasta los golpes e incapaz de abordar los problemas más urgentes de funcionam