La carencia de armamento en el bando republicano impulsó una transformación industrial vertiginosa en Cataluña al inicio de la Guerra Civil. Antes de 1936, la región carecía de industria bélica propia, haciendo patente la urgente necesidad de material.
Tras el intento de levantamiento del 17 de julio de 1936, los trabajadores catalanes iniciaron la apropiación y autogestión de la mayoría de empresas y servicios. La CNT priorizó la lucha, y desde el 21 de julio, obreros armados incautaban industrias, marcando un modelo productivo sin precedentes.
El Comité Central de Milicias Antifascistas, con Juan García Oliver al frente de Guerra, solicitó apoyo al Sindicato Metalúrgico de la CNT. Eugenio Vallejo fue la figura clave del periodo , proponiendo un plan de producción.
El nacimiento