La coalición gobernante de democristianos y socialdemócratas se resiente por la crisis económica, las divisiones internas y la inestabilidad en el escenario internacional

Su accidentada investidura fue un presagio de lo que vendría después. El canciller alemán, Friedrich Merz , llega a sus 100 días en el cargo con cada vez más líneas divisorias tanto dentro de los partidos como entre ellos, que reflejan la fragilidad de una coalición de Gobierno que se fraguó a gran velocidad entre democristianos y socialdemócratas conscientes de que la crisis de la economía alemana y la inestabilidad política internacional no podía esperar más.

Contra todo pronóstico, Merz fracasó en la primera ronda para ser elegido canciller el pasado 6 de mayo, algo inédito en la historia de la República Federal

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