En zonas profundas de la corteza terrestre, donde la luz del sol no penetra y los nutrientes son escasos, los microorganismos encuentran una fuente inesperada de energía: los terremotos.

Una reciente investigación publicada en Science Advances revela que las fracturas generadas por fallas sísmicas permiten la producción de sustancias químicas energéticas que sostienen comunidades microbianas en ambientes extremos.

La energía liberada durante los terremotos y su papel biológico

Cuando ocurre un sismo, la deformación repentina de rocas como el cuarzo y la interacción con el agua producen pares redox, liberando hidrógeno y generando gradientes químicos favorables.

Estos cambios desencadenan ciclos de óxido-reducción del hierro, del Fe²⁺ al Fe³⁺ y viceversa, lo que proporciona energ

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