Las palabras no descansan en verano. Son necesarias siempre. Las guerras no descansan en verano. No son necesarias nunca. Este verano hay una palabra que suena, que se escucha, que no se silencia, que clama, que duele, que siempre vuelve y que hay que nombrar: Gaza .
Ya no hay palabras para describir el horror que vemos cada día. Imágenes desgarradoras de una población asediada, contra la que se están utilizando todas las armas posibles para acabar con ella, como el hambre, que cada día mata a niños y adultos. Ante el genocidio de Israel en Palestina hay veces que el dolor ahoga las palabras . Pero hay que seguir utilizándolas en el convencimiento de que son el único arma posible para tratar de detener tanta barbarie, tanta inhumanidad, tanta muerte, tanta vulneración de los Der