Helga Rocillo no duerme desde el sábado 9 de agosto. Ese día, a través de una videollamada, su hija, Sheyla Gutiérrez , le confesó que ya no soportaba más golpes ni insultos y que, por fin, se animaría a denunciar a su pareja, Josimar Cabrera Cornejo . Era la última vez que vería su rostro.
Sheyla, de 26 años, había viajado a Estados Unidos en 2023 junto a Josimar y sus tres hijos —de 9, 5 y 3 años— con la ilusión de un futuro mejor.
Pero en California, donde vivían en un condominio, la violencia doméstica se convirtió en el pan de cada día. “Le pegaba, la hostigaba y hasta cacheteó a mi nieto menor”, cuenta la madre entre lágrimas.
Al día siguiente de aquella conversación, Helga intentó llamarla. No obtuvo respuesta. Fue entonces que contactó al yerno, quien le dijo con calma qu