El Monumental no terminaba de acomodarse para vivir una noche de Copa Libertadores cuando el silencio cayó como un balde de agua fría. Apenas iban seis minutos de juego y Palmeiras ya festejaba.

Una corrida peligrosa de Vitor Roque encendió las alarmas en la defensa de Universitario. Matías Di Benedetto lo cruzó en el área y el árbitro no dudó un segundo: penal para el ‘Verdao’.

El capitán Gustavo Gómez tomó la pelota con la frialdad de un veterano de mil batallas. Miró a Sebastián Britos, eligió el palo y definió sin titubeos para el 1-0 visitante. La hinchada brasileña, en una esquina del coloso de Ate, estalló en euforia.

El golpe fue doble para los ‘cremas’. Tras la decisión arbitral, Di Benedetto y Williams Riveros vieron la tarjeta amarilla por protestar airadamente. El reloj apen

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