Las calles del centro se llenaron de color, ruido y devoción durante la peregrinación de transportistas en honor a la Virgen de la Asunción, realizada ayer en el marco del Quincenario y del año jubilar.
Los primeros contingentes de taxistas partieron poco después de las 18:00, permitiendo que más participantes tuvieran oportunidad de rendir homenaje sin prolongar la jornada hasta altas horas.
Imágenes religiosas, globos, dulces y creatividad sobre ruedas marcaron el paso de cientos de unidades, que entre claxonazos y sonrisas ofrecieron su tributo a la patrona de la diócesis. Familias enteras se sumaron a la procesión, convirtiendo la tarde en una fiesta de fe compartida.
La caravana estuvo acompañada por personal de Protección Civil, seguridad y autoridades municipales, quienes recorda