El último festejo de la Feria Taurina de Blanca se eternizó cuando el segundo de la tarde tuvo que ser devuelvo a los corrales . La tarde fue avanzando y al caer la noche llegó un momento en el que los novilleros se negaron a seguir el festejo, tras no tener la plaza las luces adecuadas para un festejo nocturno. El público desesperado tras estar más de tres horas de espera montó una monumental bronca a la hora de despedir a los novilleros, que finalmente no cruzaron el albero y se marcharon por el callejón de la plaza.

La causa principal fue la desacertada decisión de la presidencia de no apuntillar al novillo lisiado en el ruedo y devolverlo a los corrales , donde se hermanó con los otros tres novillos de la tarde y no hubo manera de poder separarlos.

Solo se pudo ver a Manuel Ol

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