Nunca se sufrió una situación por los incendios forestales como la que padece la provincia de Ourense estos días, sin que se adivine el final de una catástrofe que va agotando los calificativos. La Xunta de Galicia elevó este viernes a un mínimo 40.000 hectáreas la superficie devastada por los grandes incendios activos y descontrolados , cordilleras de decenas de kilómetros que rodean numerosas localidades, que se ciernen como monstruos y amenazan con encontrarse a base de devorar territorio y todo lo que encuentran a su paso.

Las incidencias por el fuego, de norte a sur y de este a oeste, son incontables y los daños, gigantescos . Desalojos de centenares de vecinos, confinamientos en las viviendas, mensajes de Protección Civil de alerta a la población , cortes de luz y del

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