Con la llegada del verano, sinónimo de días soleados y vacaciones, comienza la temporada más oscura para muchos animales. El abandono de mascotas es un fenómeno que se repite año tras año y que se agrava especialmente estos meses.
Las excusas varían, desde la dificultad para encontrar con quién dejarlas durante las vacaciones hasta un simple y vacío 'ya no lo quiero'. Sin embargo, la consecuencia siempre es la misma: un ser vivo abandonado y obligado a aventurarse ante los peligros de la calle y al hambre. Ante esta realidad, las protectoras y los albergues cumplen el papel de 'superhéroes': pese a la falta de recursos, acogen a todos los que necesiten un techo donde vivir.
Un ejemplo es el Centro de Protección Animal Municipal de Santa Lucía de Tirajana. En sus instalaciones acoge 6