MIAMI.- El arte nos conecta con la vida y nos invita a soñar. Paradójicamente, aunque solemos poner el foco en lo que la belleza de la obra y lo que nos hace sentir, pocas veces nos detenemos a considerar todas las vicisitudes que tuvo que atravesar su autor para que hoy podamos disfrutarla. Detrás de cada canción de amor hay varias rupturas amorosas y un himno a la vida solo tiene fuerza una vez que su creador ha experimentado la pérdida. Un tema que ha sido explorado en múltiples ocasiones en el cine —a través de biopics o vidas imaginarias— y que toca un punto sensible para todos aquellos que hemos visto una función teleológica en el arte. Este es el caso de La sombra del sol , la película seleccionada por Venezuela para representar a su país en los Premios de la Academia y l

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