En la fantasía colectiva del verano ideal, alguien inventa un helado que baja el colesterol, fortalece los músculos y, de paso, te da bronceado parejo. Lamentablemente, en el mundo real, la ciencia dice que eso no existe . Y que, por ahora, ni el cucurucho más inofensivo se salva de ser un “capricho” y no un “alimento saludable”.
Esto no significa que haya que mirar con odio las bateas de la heladería. Significa que, si vamos a caer en la tentación -y seamos honestos, cuando suben las temperaturas cualquiera cae-, mejor hacerlo con conocimiento de causa y sin comprarle el discurso publicitario a ningún envase.
Hielo, azúcar y poco más
Los helados se dividen en dos grandes familias: los de hielo y los de base láctea.
Los de hielo son los más coloridos, los que parecen salidos de un