La industria cinematográfica de Hollywood se queja ahora de que no va la gente al cine a ver sus películas, hasta un 40% se cifra la caída de espectadores. Trump, en su histrionismo de chulo de patio de colegio, amenaza con cargar contra el “cine extranjero” imponiéndole unos aranceles, su arma favorita últimamente, del 100% nada menos. Política arancelaria, la de este peculiar sujeto, que parece chocar con su concepción ultra capitalista y ultra liberal de la vida, él sabrá.

La verdad es que la relación del actual presidente con el cine viene de lejos, pues ha hecho algunas apariciones como actor invitado en películas desde los años 90 del pasado siglo. Su relación con la meca del cine es más bien tormentosa e inconstante. De hecho sabemos que Hollywood es el paradigma de la cultura woke

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