Pero en el béisbol, como en la vida, los guiones se rompen cuando menos se espera.
Christian Yelich, con la frialdad de un asesino certero, "sabía que el partido no estaba perdido, solo era cuestión de ajustar detalles" , según comentaría después a los medios. Su bate, caliente como hierro al rojo vivo, se convirtió en el arma letal que desarmó a los Rojos:
Jonrón solitario en la segunda entrada contra Nick Martínez
Doble impulsor en la tercera
Sencillo de dos carreras en la cuarta para empatar
Otro jonrón en la sexta para sellar la ventaja definitiva
El novato Jacob Misiorowski tuvo un debut agridulce como abridor. Aunque cargó con siete carreras en apenas 1.1 entradas, el bullpen de Milwaukee —especialmente DL Hall— contuvo el desastre mientras la ofensiva trabajaba. Brice Turan