Mi aproximación a este libro resulta cuando menos curiosa. Era apenas un estudiante de bachillerato cuando, en clase de filosofía, el profesor don Francisco Sancho Soriano nos habló de El vuelco de la Tierra y de su autor Juan Bonet Beltrán a quien calificó simplemente de “genio”. Aquella reseña me quedó grabada en la memoria de tal modo que, no obstante, no haber oído hablar nunca más de aquel libro, más de 40 años después recordaba título y autor. Como una suerte de déjà vu se me reveló la portada del libro. Fue en la Biblioteca Nacional donde calló en mis manos por primera vez un ejemplar de la obra de Bonet. De manera que, acudiendo por las tardes a la BNE me entregué a su apasionante lectura.
El discurso narrativo parte de un viaje a Egipto y con ello comienza un auténtico “viaje in