Hipólito Yrigoyen vivió una semana de tensión social y política marcada por un paro municipal que terminó con heridos graves, acusaciones cruzadas y la suspensión de las Fiestas Patronales.

Tras cuatro días de huelga y un violento desalojo policial, la intendenta Soledad Cabrera y los gremios de ATE y UPCN llegaron a un acuerdo que permitió levantar la medida de fuerza ayer viernes por la mañana.

El conflicto y los reclamos

Los trabajadores municipales reclamaban recategorizaciones, pase a planta, pago de un bono extraordinario en una sola cuota, entrega de ropa de trabajo y la aplicación del aumento salarial provincial del 14% (4% en agosto, 5% en octubre y 5% en diciembre). Según el cálculo sindical, cumplir con estos compromisos implicaba un desembolso de entre 3 y 4 millones de pe

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