En el Mirador de San Nicolás , con la Alhambra de fondo, durante varios meses no fue raro encontrar a un hombre trabajando el barro en una escultura de la cabeza de Camarón de la Isla . Lo hacía rodeado de curiosos y turistas. Fue su particular manifestación cultural: acercar el flamenco a la calle a través de la escultura. Se trata de Daniel Guedella , nació en Lyon y residente en Granada durante más de doce años. Para él, se ntrata de un homenaje personal a una de las voces más grandes del flamenco.

En su improvisado 'taller al aire libre' se mezclaban el polvo y la música. Allí modeló rostros de grandes figuras del flamenco. "A mí me gusta, sobre todo, manifestar en público lo que hago con mis manos. Así entro en contacto con la gente de una manera que, de otro modo, no ser

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