Los mensajes adaptados a cada usuario, habituales en aplicaciones móviles y relojes inteligentes , logran un mayor impacto en el cerebro ya que activan áreas cerebrales clave para recordar la información.

Con ello facilitan la adopción de hábitos alimentarios saludables, según una investigación desarrollada por docentes del Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada (UGR).

El trabajo , firmado por Luis Alberto Casado Aranda, Juan Sánchez Fernández, Lucía Porcu e Ismet Ozer , analizó cómo las personas procesan y recuerdan dos tipos de mensajes destinados a promover una alimentación más sana: los personalizados -que tienen en cuenta características concretas del receptor- y los genéricos , habituales en campañas convencionales.

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