La España de mediados del siglo XX se enfrentaba a una situación de posguerra devastadora, tanto social como industrial. Con una economía diezmada y una infraestructura dañada, la producción tecnológica se veía dificultada por la escasez de maquinaria, materias primas y personal cualificado . A pesar de este panorama complejo, el país emprendió la modernización de sus fuerzas armadas. No es de extrañar que se siguieran utilizando durante bastantes años.

En este contexto de aislamiento, el Ministerio del Aire, bajo el general Juan Yagüe, impulsó un plan para actualizar la aviación militar. Parte de la estrategia incluía la adquisición de licencias para fabricar aeronaves alemanas, como el Bf 109G-2, uno de los cazas más icónicos de la Segunda Guerra Mundial. Hispano Aviación S.A. asumirí

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