Mía Pedrazzini tiene diez años, pero escribe desde que tiene seis . No fue de un día para el otro, sino parte de un proceso que comenzó de manera íntima , en la naturaleza del vínculo entre una madre y su hija. Mía escuchaba todos los días los cuentos que su mamá Florencia le leía. Con el tiempo, aprendió a leer por su cuenta, escribir y comunicarse con su mamá a través de notas y cartas que siempre contaban una historia .

Florencia se guardó cada uno de los recortes de Mía, como toda madre que protege las memorias ante el paso del tiempo. Pero un día, Mía la sorprendió con una frase llena de convicción, pese a su corta edad: “Mamá, yo quiero ser escritora ."

“Hablé con el colegio, que también me dio un espacio enorme. Me dijeron que con seis años ella tenía una estructura narrati

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