La historia es así: Tom Layward, un abogado neoyorquino, descubre que su mujer lo engaña. La pareja entra en crisis, pero como tienen dos niños pequeños, el hombre hace un pacto consigo mismo. Decide que hasta que su hija menor no cumpla los 18 seguirá en su matrimonio. Un matrimonio con un puntaje bajisimo en la escala del amor, un caldo amargo.
Cuando se hizo aquella promesa, faltaban 12 años para que eso ocurra. Pero ahora, cuando comienza el libro, ha llegado el momento. Tom debe llevar finalmente a su hija menor, Miriam, a la universidad.
La historia, entonces, se vuelve otra cosa. Tom emprende ese viaje, que no dura más que unas horas, como lo que es: el inicio de una fuga largamente postergada. Y tras dejar a su hija, sigue conduciendo hacia el oeste, cruza Estados Unidos, visita