El agnóstico escrito Javier Cercas aceptó el reto de viajar con el Papa Francisco a Mongolia, como lo constatamos en las últimas columnas, para ofrecer a su madre una certeza de la vida eterna.

Si el agnóstico Javier Cercas aceptó el reto de viajar con el Papa Francisco a Mongolia, como lo constatamos en las últimas columnas, fue para ofrecer a su madre una certeza de la vida eterna.

En el capítulo 7 de su libro, se preguntó si el Cardenal Ravasi dio a entender que no estaba seguro de la vida eterna y que esta pregunta causaba angustia y desasosiego; o, si por el contrario, prefirió evadir la respuesta y afirmar que la resurrección de la carne y la vida eterna deben tomarse de manera simbólica; o, al menos, que su fe no era tan grande y sencilla como la de su mamá, o la clásica fe del ca

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