La tradicional “Noche que Nadie Duerme”, una celebración que combina arte efímero y devoción religiosa, atrayendo a miles de visitantes nacionales y extranjeros, se realizó la madrugada del viernes, en el municipio de Huamantla, Tlaxcala.
Como cada año, las calles de este lugar se transformaron en un lienzo multicolor gracias a tapetes monumentales elaborados con aserrín y arenilla, creaciones que pueden medir hasta 100 metros de largo y reproducen figuras simétricas, bordados, flores y animales de mar, formando un corredor artístico por el que avanza la procesión de la Virgen de la Caridad.
El trabajo artesanal requiere meses de preparación. Familias y grupos comunitarios inician los diseños con medio año de antelación para calcular materiales y coordinar la mano de obra, que en la jorn