Neve Shalom/Wahat Al-Salam (Israel), 16 ago (EFE).- A medio camino entre Jerusalén y Tel Aviv, sobre una colina rodeada de cerros, jardines floridos y murales coloridos, el silencio del verano solo se rompe con los gritos de niños que corren por la calle, hablando en hebreo y árabe junto a sus maestras.
Los pequeños asisten al jardín de infancia de la aldea de Neve Shalom/Wahat al-Salam -nombre que sus habitantes pronuncian siempre en hebreo y árabe, y que significa “oasis de paz”-, un lugar donde, incluso en medio de la guerra en Gaza que ha profundizado la división entre ambos pueblos, se mantiene viva la esperanza de que israelíes y palestinos puedan convivir.
“Nadie creía que algo así pudiera pasar”
Esta comunidad mixta, formada por judíos y palestinos con ciudadanía israelí y que h