En Fort Collins no es raro ver conejos cruzando el césped a toda prisa. Lo que sí desconcierta es verlos con algo que parece sacado de un cuento mal ilustrado: cuernos retorcidos, negros , que se asoman desde la cabeza y bajan como raíces por el cuello.
Las fotos aparecieron primero en grupos locales. Y ahí empezó la racha de teorías: que era radiación, que una nueva plaga, que algo traído por el calor. Pues no. El Departamento de Parques y Vida Silvestre de Colorado aclaró que es el virus del papiloma de Shope . Viejo conocido de los veterinarios, invisible para nosotros… hasta que empieza a deformar a los conejos.
No es nuevo. En los años 30, un investigador llamado Richard E. Shope describió el mismo cuadro en liebres de Kansas y Iowa. Y, sin querer, alimentó la leyenda del jacka