En varias zonas de Bucarest , los vecinos viven estos días una auténtica invasión de cigarras. Estos insectos, reconocibles por sus alas transparentes, ojos prominentes y el característico sonido que producen los machos para atraer a las hembras, han tomado parques, áreas boscosas e incluso barrios residenciales en las afueras de la capital rumana.

Un ruido que puede superar los 100 decibelios

La presencia masiva de cigarras ha generado temor y molestia entre la población, no por un riesgo para la salud —pues no pican, no muerden ni transmiten enfermedades— sino por el ensordecedor zumbido que emiten. Según los especialistas, el ruido puede alcanzar los 100 decibelios, comparable al de una motosierra o un concierto.

Las zonas más afectadas son aquellas con vegetación densa, donde estos

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