El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a estar en el centro de la polémica, no solo por la reunión que sostuvo el viernes con Vladimir Putin en Alaska, sino por su estado de salud. El encuentro, realizado en la Base Conjunta Elmendorf de Anchorage, fue el primero del mandatario ruso en territorio occidental desde la invasión a Ucrania, y tenía como objetivo mostrar avances hacia un posible alto al fuego. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el comportamiento físico de Trump al caminar por la alfombra roja.

Las cámaras registraron al presidente de 79 años desviándose hacia los costados mientras se dirigía a recibir a Putin, de 72. Tras un saludo con honores militares —incluyendo el sobrevuelo de un bombardero B-2 y cuatro cazas F-35—, ambos líderes estrecharon manos

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