La inflación interanual y el estancamiento del poder adquisitivo de los argentinos han pasado factura a las principales empresas del sector alimenticio. Los recientes balances de gigantes como Mastellone, Molinos, Arcor y Ledesma revelaron resultados negativos o en baja. Remarcaron que la reactivación económica aún no se percibe en la mesa de los consumidores.
Según difundió el medio Ámbito Financiero, mientras que la mayoría de estas compañías logró aumentar el volumen de ventas en el mercado interno, sus ingresos no pudieron seguirle el ritmo a la suba de costos.
Los precios de venta, que corrieron por debajo de la inflación, sumado a un consumo deprimido, limitaron sus márgenes de ganancia. Aunque las exportaciones aportaron un respiro, no fueron suficientes para compensar l