La pequeña gran familia de Velilla de los Ajos.

Viajamos hasta Velilla de los Ajos, una localidad con siete vecinos en invierno, para comprobar en primera persona el resurgir de la Soria rural durante el mes de agosto. La explosión demográfica trae vida, pero deja servicios al descubierto.

Aparcamos el coche junto al frontón de Velilla de los Ajos y sale a recibirnos un grupo de unas 20 personas . Todos sonríen, intuyen quiénes somos porque no es habitual que un coche extraño estacione en las calles de este pequeño pueblo de la comarca de Almazán.

Nos sorprende la heterogeneidad del conjunto. Se ven melenas canas, pero también unas cuantas coletas que levantan pocos palmos del suelo, y esto no es lo habitual en la geografía soriana. Mejor dicho, no es lo normal durante los meses frí

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