Ya ni siquiera el Pirineo está a salvo de las altas temperaturas de un mes de agosto especialmente hostil en la comunidad. Sin embargo, los lugares en los que las noches discurren por debajo de los 15 grados se convierten en refugios climáticos y en destino prioritario para un buen número de turistas que vacían las capitales durante el puente en busca de lugares en los que poder recurrir a una rebequita durante la noche.
El Pirineo, que también está notando el calentamiento global, es el destino preferente de los turistas que tratan de escapar de los sofocos. Es en Benasque donde se están registrando las temperaturas menores con 9,6 grados de mínima a las 7.30 de la mañana de este sábado. Y también han sido muy bajas las temperaturas nocturnas en Biescas, donde «se puede descansar por