Por CALVIN WOODWARD

WASHINGTON (AP) — La izquierda ve el intento del presidente Donald Trump de asumir el control de las fuerzas del orden en Washington como parte de una marcha multifacética hacia la autocracia —un “gobierno autoritario vengativo”, como lo describió una activista— y como algo extraordinario en tiempos bastante normales en las calles de la capital. Para la derecha, es una decisión audaz para fracturar la corteza de la burocracia urbana demócrata y hacer de Washington D.C. un mejor lugar para vivir.

Donde se asiente el resultado de ese debate —si eso llega a darse— podría determinar si Washington, un símbolo para Estados Unidos en toda su férrea gloria, historia, logros, desigualdad y disfunción se convierte, bajo la impronta de Trump, en un modelo de cómo las ciudades se

See Full Page