Los libreros no se lo podían creer. Cuando abrieron el paquete encontraron un libro viejo, con las páginas algo descoloridas, pero en buen estado. Al poco tiempo recibieron un correo. "Espero que no haya multa, mi abuela ya no podrá pagarla".
Es lo que ha sucedido en una biblioteca pública de San Antonio, una ciudad de Texas, en Estados Unidos. En junio recibieron un paquete inusual, un libro que había salido de la misma institución hacía ya 82 años pero que jamás se había devuelto. Detrás hay una curiosa y tierna historia familiar.
Y no, no hay multa: la biblioteca de San Antonio dejó de aplicar multas hace años. De haberlas mantenido, el usufructuario que ha devuelto ahora el libro se habría visto obligado a pagar 900 dólares sin ajustarlos a la inflación: la multa por no devolver un l