Nos contaron que eso de dejar de nombrar a los árbitros por los dos apellidos en una tradición heredada del franquismo – Munuera Montero es ahora José Luis Munuera, y listos– tenía como objetivo "humanizarlos" ante la sociedad. Algo que parece complicado en tiempos en que el señalamiento se promueve y se aplaude. El Barça se estrenó en la Liga ganando en Mallorca tras un primer tramo de buen fútbol en que Lamine Yamal bailó y Raphinha ejecutó, otro en que el tumulto arbitral se lo comió todo, y un epílogo en el que el nuevo 'diez' azulgrana se fue de tres antes de arrimarse al gol, y también al cielo. Más allá de la cuenta de aciertos y errores del juez o de la desgarradora imagen de un crío llorando en la grada de Son Moix porque quizá estuviera descubriendo demasiado pronto
Lamine inaugura la temporada a lo grande ante un Mallorca indignado con el árbitro

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