La detención de la defensora de derechos humanos de la organización Surgentes, Martha Lía Grajales, resonó por su labor en apoyo a las madres de presos políticos en Venezuela, pero también por ser militante de izquierda.

Organizaciones de derechos humanos, líderes comunitarios y también la izquierda internacional exigieron su liberación hasta que se produjo el excarcelamiento la noche del 12 de agosto. Miraflores y otros altos voceros del chavismo intentaron justificar la aprehensión y señalaron a una “falsa izquierda” que se infiltró para “conspirar” contra la administración de Nicolás Maduro.

“Aquí no nos sirven los tibios, están al servicio del fascismo. Tiene que ser extirpado de cualquier cuerpo social”, dijo el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, al referirse a la izquierda

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