Colombia ha solicitado negociar la soberanía sobre Santa Rosa, un territorio de un kilómetro cuadrado que actualmente está bajo la custodia de las fuerzas policiales y militares peruanas. Este área, situada a orillas del río Amazonas, no cuenta con ninguna autoridad estatal colombiana que pueda ejercer control sobre ella. En contraste, el territorio alberga una veintena de instituciones peruanas y es hogar de aproximadamente 3.000 habitantes, quienes en su mayoría se identifican como peruanos.
Durante una visita de cuatro días a Santa Rosa, se constató el dominio del Estado peruano en la zona, donde las actividades económicas principales son la agricultura, la pesca y el transporte fluvial. Los residentes, como Lucinda Sánchez, de 65 años, han vivido en la isla durante décadas y se sienten satisfechos con su vida allí. "Nunca hemos tenido problemas, siempre vivimos felices", afirmó Sánchez, quien cultiva pimentones y cría animales para su sustento.
La identificación peruana de los habitantes no es casualidad. En la isla, hay una oficina del Estado donde se expiden documentos de identidad peruanos. Max Ortiz Rubio, alcalde designado por el Gobierno peruano, destacó que "aquí no hay ninguna autoridad colombiana. Todos somos peruanos hasta la muerte". Ortiz Rubio, quien ha vivido en Santa Rosa desde pequeño, se encarga de la administración local mientras se preparan las elecciones de 2026, que transformarán la isla en un distrito.
La situación se ha vuelto más tensa tras la reciente visita del precandidato presidencial colombiano Daniel Quintero, quien izó una bandera de Colombia en un área deshabitada. Este acto fue grabado y generó reacciones en Perú, donde algunos pobladores sugirieron quemar la bandera, pero Ortiz Rubio se negó. La presencia de las fuerzas armadas peruanas ha aumentado en los últimos días, especialmente después de la captura de dos ciudadanos colombianos por supuestamente realizar actividades sin autorización en la zona.
Las tensiones diplomáticas han escalado, y las autoridades de Leticia, Colombia, han informado que las festividades de la Confraternidad en la triple frontera estuvieron a punto de cancelarse debido a disputas sobre el reconocimiento de la autoridad de Santa Rosa. La situación en Santa Rosa refleja la complejidad de las relaciones entre Colombia y Perú, en un contexto donde la soberanía y la identidad de los habitantes están en el centro del debate.