En las últimas décadas, los neuroingenieros han trabajado sin descanso con el objetivo de ayudar a personas que han perdido la capacidad de comunicarse mediante el habla. Enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o accidentes cerebrovasculares pueden inutilizar los músculos responsables de la voz y desconectar a quienes las sufren del mundo del lenguaje. Frente a este desafío, la idea de captar la actividad eléctrica cerebral con electrodos e interpretarla como palabras habladas ha impulsado innovaciones que transforman la frontera entre mente y tecnología.
Un equipo internacional de investigadores acaba de lograr un avance significativo en esta área, según un estudio publicado en la revista Cell . Hasta hace poco, solo era posible descifrar señales cerebrale