No fue la previa para el clásico deseada. Es que para Central era necesario ganar. Si era con un rendimiento convincente, mucho mejor. Pero de mínima el triunfo, para que lo estimule hacia lo que será el enfrentamiento contra Newell’s del sábado 23 de agosto. Sucedió todo lo contrario. No solo jugó mal. Lo peor es que apenas igualó con Riestra con un gol que le hicieron en los minutos finales, cuando al menos se aguardaba el triunfo, el primero en el Gigante.

Los silbidos, no unánimes, pero sí repartidos, cuando concluyó el partido, fueron una exposición del sentimiento del hincha. Que se fue frustrado por otra igualdad, la tercera seguida en el Gigante. Un resultado y un desarrollo que dejan muy poco y que lo obliga a una reacción inmediata para afrontar el clásico.

Y eso que Centra

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