Cuando el presidente Donald Trump eligió Alaska para la cumbre del viernes con el presidente Vladimir Putin, de Rusia, para discutir la guerra en Ucrania, sus partidarios sugirieron que la ubicación ofrecía un guiño a la negociación astuta. Estados Unidos había comprado el territorio a Rusia en 1867 por aproximadamente 2 centavos por acre (0.4 hectáreas).
Pero con Ucrania siendo excluida –como fue el caso para los nativos de Alaska cuando su tierra fue transferida– la cumbre ya ha revivido discusión de lo que algunos académicos dicen que Putin y Trump parecen de algunas maneras compartir: una mentalidad imperial.
El término fue popularizado primero por Gerard Libaridian, un historiador armenio-estadounidense, quien lo usó en un discurso de 2014 en Inglaterra para referirse a antiguos imp