Ciudad de México.- "Señor Presidente: en la antesala están el embajador de los Estados Unidos y el Nuncio del Vaticano. ¿A quién paso primero?". "Pasa al Nuncio del Vaticano. A él lo único que tengo que besarle es el anillo". Cualquier semejanza de esa historieta con la vida real no es mera coincidencia. La recordé a propósito de la frase de Trump: "México hace lo que le decimos". El hecho de que el amarilloso mandatario yanqui aplique la misma expresión a Canadá no disminuye el impacto que entre nosotros, mexicanos, tiene su arrogante manifestación. Arrogante, sí, pero verdadera. Según antigua fábula, alguien le preguntó al león por qué imponía su voluntad sobre la de todos los animales. Contestó el rey de la selva: Quia nominor leo. Porque me llamo león. Otra explicación no necesitaba

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