Cuando recibió el sobrio tubo de metal, Mariana Moreno lo miró con atención. No sabía lo que contenía y la duda le revolvía el ánimo. Estaba cerrado y no tenía inscripción alguna. Nada que pudiera indicarle alguna pista sobre el contenido. Solo sabía que el misterioso objeto fue encontrado al interior de la cripta de mármol levantada en un costado de la catedral de Santiago. La misma que contiene los corazones de Ignacio Carrera Pinto, Arturo Pérez Canto, Julio Montt Salamanca y Luis Cruz Martínez. Aquellos eran los oficiales al mando de la desgraciada 4ta compañía del batallón 6 de Línea, Chacabuco, exterminada por completo en la batalla de la Concepción, una de las más conocidas de la Guerra del Pacífico.

Los corazones, preservados en formalina, fueron retirados de la cripta para somete

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