Ciudad de México . A Cruz Azul le cuesta mantener el cero. No es el equipo que solía jugar con su portero hasta el medio campo, el de los récords de más partidos sin recibir goles o aquel que competía incluso con un jugador menos. La renovada versión de la Máquina no se apega a ningún antiguo libreto, compite con la misma fuerza y agresividad, pero en los momentos decisivos deja dudas por sus errores defensivos. El sufrido triunfo 3-2 ante Santos, que perdió por expulsión a Ramiro Sordo desde el minuto 40, corroboró dicha teoría.
Rara vez un anfitrión que domina tanto a su rival, lo presiona y hace ver tan inferior a él, se despide de su estadio bajo el murmullo de su afición. Si la Máquina atacó 10 veces el área de Carlos Acevedo, los laguneros lo hicieron por menos de la mitad. La dife