El primer año de Salvador Illa al frente de la Generalitat, iniciado tras su investidura en agosto de 2024, se presentaba como una etapa de estabilidad política después de más de una década marcada por el procés y las tensiones institucionales. Su llegada al Palau fue celebrada por buena parte del empresariado y por sectores que veían en el nuevo presidente la oportunidad de abrir una etapa más pragmática, orientada a la gestión y alejada del conflicto soberanista. Illa, por su parte, se esforzó desde el primer día en atender algunas de las demandas de esos actores, como la promoción económica, la atracción de inversiones y el impulso de proyectos estratégicos, entre ellos la ampliación del Aeropuerto del Prat. Sin embargo, más allá de este nuevo clima político, su primer año ha estado mar
Presupuestos, Rodalies, DGAIA y Educación: los principales borrones del primer año de Illa

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